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martes, 30 de octubre de 2007
Bucéfalo: "25 Takos y más rockastúo" - Art&News
Clepsidra loca del tiempo
pilares con amuletos
vigías ferroviarios
puente de piedra e hierro
Acercamos nuestros oidos a los railes y chocan los cantos del albarregas subterráneo con sus cimientos. Conexión Mérida-Segovia desde canales magnéticos que atraviesan Las Hurdes.El viejo guardaagujas aún está a tiempo de vacunar a sus ovejas contra la lengua azul.
3-noviembre-07
Oscar vendrá y grabará con Bucéfalo en los Estudios de Promúsica.
Feliz cumple 5 lustrosos lustros...
¡Smee Brumette abrirá definitivamente la bodega del navío del capitán Garfio!
Kubbahía
Kubbahía Bolero Quattro
Sabíamos que la diligencia hasta Talarrubias se retrasaría hasta la exasperación, aún más, al llevar como equipaje dos pesados fardos llenos de nubes negras como el picón.
El primero se evaporaba en el sol tórrido de agosto tras una tormenta insólita. Las gafas redondas de Hilario eran dos gotas tras las cuales se veía el fanal de Machado y tras las del poeta, entre cenizas y migajas, podía divisarse el arco iris redondo, y en la hierba, a ambos merendando croquetas y empanadas junto a Alicia la de Wanderlán.
-“Me llevo el cencerro” , dijo solemnemente Xabi Liberat. Cerró su portátil de un golpe no dando crédito a tan mala nueva que añadía un tercer saco de desdichas a nuestras espaldas. No volveríamos a chatear con Guillermo.
Por mi parte, como dice el bolero, puse a prueba mi frialdad agosteña orando en catacumbas y osarios que florecían entre latones y herrumbres. Vacié el cenicero del coche que tenía una amalgama de pavas, puchos, habanos, chicles imposibles de desentrañar por el más sabueso. Me armé de valor y deposité en la escayola el periódico y los cuatro claveles rojos. Lancé desde la tela metálica las cuatro rosas a la fosa. Seguí el camino.
Cruzamos el río Búrdalo, pleno de graveras. Un elanio azul desde la alambrada oteaba las tomateras de Santa Amalia. Otro pitillo para los viajeros. ¡Ventilemos, que entre el aroma de los frutales de Valdivia!
Budy Germán no se me iba de la mollera. No le envié mensaje alguno, pero su destreza y feeling nos hubiese venido de perlas en el jardín de la mansión fantástica.
-“Así aso la guitarra Ibanez Artits…”-Interpelé a Monty.”Le he limpiado el óxido con papel de lija y ahora el jack busca la clavija. Va como la seda”. El pianista sólo sonrió, sudando a chorros con una maraña de cables y alargadores llenos de todos los alberos peninsulares.
La cancela estaba abierta. Tomamos posiciones en el jardín. La puerta hermosamente modernista crujía y se nos abría de piernas de par en par. Retomamos posiciones en el vestíbulo.
-¡Aaa de la casa! ¿Quién vive?- rugió David el intrépido. Silencio como respuesta. Los aparadores y alacenas decimonónicos eran cajas de resonancia a nuestras voces:
-“¡Oiga…iga…ga…ga…!”- las telarañas sesteaban sueños centenarios colgadas de la lámpara de cristales.
Nuestro camerino fantasmagórico se esfumó al ver sobre la mesa camilla un paquete de Fortuna y un periódico doblado.
La diva Chamba bajó con parsimonia las escaleras que crujían como los cheetos en la puerta del colegio y se encaminó hacia el Escenario. Un solo interminable de caja y charlie la aguardaban. Se hizo la noche. Tomó el micrófono. Soto voce. Dolce. Sonó il violino col legno. Silencio total. El piano derramó escalas y acordes diminuendo. Silencio parcial. Lagrimones oscos en el firmamento siberiano. Un aliento amigo que huele a pescado de rio. De bolo en bolero, se consume nuestra clepsidra. Al lucio le sucede el black-bass, y a la carpa el siluro (…)
Sabíamos que la diligencia hasta Talarrubias se retrasaría hasta la exasperación, aún más, al llevar como equipaje dos pesados fardos llenos de nubes negras como el picón.
El primero se evaporaba en el sol tórrido de agosto tras una tormenta insólita. Las gafas redondas de Hilario eran dos gotas tras las cuales se veía el fanal de Machado y tras las del poeta, entre cenizas y migajas, podía divisarse el arco iris redondo, y en la hierba, a ambos merendando croquetas y empanadas junto a Alicia la de Wanderlán.
-“Me llevo el cencerro” , dijo solemnemente Xabi Liberat. Cerró su portátil de un golpe no dando crédito a tan mala nueva que añadía un tercer saco de desdichas a nuestras espaldas. No volveríamos a chatear con Guillermo.
Por mi parte, como dice el bolero, puse a prueba mi frialdad agosteña orando en catacumbas y osarios que florecían entre latones y herrumbres. Vacié el cenicero del coche que tenía una amalgama de pavas, puchos, habanos, chicles imposibles de desentrañar por el más sabueso. Me armé de valor y deposité en la escayola el periódico y los cuatro claveles rojos. Lancé desde la tela metálica las cuatro rosas a la fosa. Seguí el camino.
Cruzamos el río Búrdalo, pleno de graveras. Un elanio azul desde la alambrada oteaba las tomateras de Santa Amalia. Otro pitillo para los viajeros. ¡Ventilemos, que entre el aroma de los frutales de Valdivia!
Budy Germán no se me iba de la mollera. No le envié mensaje alguno, pero su destreza y feeling nos hubiese venido de perlas en el jardín de la mansión fantástica.
-“Así aso la guitarra Ibanez Artits…”-Interpelé a Monty.”Le he limpiado el óxido con papel de lija y ahora el jack busca la clavija. Va como la seda”. El pianista sólo sonrió, sudando a chorros con una maraña de cables y alargadores llenos de todos los alberos peninsulares.
La cancela estaba abierta. Tomamos posiciones en el jardín. La puerta hermosamente modernista crujía y se nos abría de piernas de par en par. Retomamos posiciones en el vestíbulo.
-¡Aaa de la casa! ¿Quién vive?- rugió David el intrépido. Silencio como respuesta. Los aparadores y alacenas decimonónicos eran cajas de resonancia a nuestras voces:
-“¡Oiga…iga…ga…ga…!”- las telarañas sesteaban sueños centenarios colgadas de la lámpara de cristales.
Nuestro camerino fantasmagórico se esfumó al ver sobre la mesa camilla un paquete de Fortuna y un periódico doblado.
La diva Chamba bajó con parsimonia las escaleras que crujían como los cheetos en la puerta del colegio y se encaminó hacia el Escenario. Un solo interminable de caja y charlie la aguardaban. Se hizo la noche. Tomó el micrófono. Soto voce. Dolce. Sonó il violino col legno. Silencio total. El piano derramó escalas y acordes diminuendo. Silencio parcial. Lagrimones oscos en el firmamento siberiano. Un aliento amigo que huele a pescado de rio. De bolo en bolero, se consume nuestra clepsidra. Al lucio le sucede el black-bass, y a la carpa el siluro (…)
lunes, 29 de octubre de 2007
Radiales sustitutas de grillos
Mediodía imbuido del espíritu musical. La calle arrastra tras de sí a cláxones y martillos neumáticos. El edificio derruido de cénit a fénix.
El grabado en el dólar antiguo de plata resalta una máquina a vapor de MZA de 1928.
Un aquelarre con hoguera y diablos donde se funden yerbajos y latas de callos oxidadas.
domingo, 21 de octubre de 2007
Skylark Quartet Jazz-Remix: "Live at Cantarrana Island"
Recuperando los viejos cantos rivereños del blues guadianero de 32 compases.
Canturreos de nanaína en combo y jam-sessions.
Ranas y juncos de percusión que espolvorean a Fats Waller portándose bien o a la señorita Bird barbuda.
A mitad de camino, cross-road, fue la cita; En el Maxim,s de los Barros entre estruendosos cohetes se desarrolló la III Jam-sessión con las corcheas insertadas entre las brochetas de pulpo y el pata negra mojaíto en el brugal.
El sevillano de la Parker secuenciada como telonero no desmereció en absoluto el estreno del cuarteto en la comarca barrosa,
con solos estratosféricos preludiando a Rosa Dama&boss.
Con Skylar se bailaba hasta el calambre.
"Smooking, drinking, never thinking at tomorrow..."
Canturreos de nanaína en combo y jam-sessions.
Ranas y juncos de percusión que espolvorean a Fats Waller portándose bien o a la señorita Bird barbuda.
A mitad de camino, cross-road, fue la cita; En el Maxim,s de los Barros entre estruendosos cohetes se desarrolló la III Jam-sessión con las corcheas insertadas entre las brochetas de pulpo y el pata negra mojaíto en el brugal.
El sevillano de la Parker secuenciada como telonero no desmereció en absoluto el estreno del cuarteto en la comarca barrosa,
con solos estratosféricos preludiando a Rosa Dama&boss.
Con Skylar se bailaba hasta el calambre.
"Smooking, drinking, never thinking at tomorrow..."
Bulería de Klee
"Marrón y negro paseas garboso po los caminos
de vagabundo tas convertío en perro casero..."
El can más filmado del orbe tras la perra Laika se escapó definitivamente al otro lado con su amante del Rugidero. Luces móviles en los canchos.
Dejémonos resbalar y despeñarnos en esos barrancos de la Carpetovetonia.
de vagabundo tas convertío en perro casero..."
El can más filmado del orbe tras la perra Laika se escapó definitivamente al otro lado con su amante del Rugidero. Luces móviles en los canchos.
Dejémonos resbalar y despeñarnos en esos barrancos de la Carpetovetonia.
Bucéfalo en Helechorock
El segundo vehículo de la expedión acabó con sus hierros junto a la tapia del cementerio. Los cervatillos saltaban por el capó del auto sincronizados con la canción Fantoche que rugía cuadrofónica desde un salpicadero abarrotado de esqueletos saltimbanquis. Sapha quiso hacer una paella antes del concierto, pero se le olvidó el azafrán en el zaguán.
La estupendofrenia duró hasta altas horas, más de las que los relojes permiten.
El rocío como mezcla de Almax-Ibrupoceno provocaba olas de aceite y ajo.
Un pueblo aparentemente sólo y pelado y unas piedras que llevan 25 tacos sin transfusiones.
¡ K vivan las escuelas de las pampas ! viste, vos?
La estupendofrenia duró hasta altas horas, más de las que los relojes permiten.
El rocío como mezcla de Almax-Ibrupoceno provocaba olas de aceite y ajo.
Un pueblo aparentemente sólo y pelado y unas piedras que llevan 25 tacos sin transfusiones.
¡ K vivan las escuelas de las pampas ! viste, vos?
Luthería en el alcornocal
La carretera se desvanece al llegar al cruce de la presilla. Los quelonios se ocultan en las mismas aguas residuales donde permanecían hasta hace poco restos fósilizados de una nutria.
19,30 h.
Con las barrigas llenas de filetes empanados saltamos la cerca de acero corten guiados por galgos. El camino se hace cansino por llevar lodo verde adosado a nuestras ropas de verano.
19,30 h.
Con las barrigas llenas de filetes empanados saltamos la cerca de acero corten guiados por galgos. El camino se hace cansino por llevar lodo verde adosado a nuestras ropas de verano.
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