Breaksfast cachuela
La pastora corta las judías verdes en el fogón y los gansos y cerditos entran al chozo
a contraluz por la puerta entreabierta desde la que se aprecia el atardecer en la dehesa
inmensa.
Macha unas almendras y unos ajos en el almirez y los animales salen espantados.
El cerdo de pata negra atraviesa veloz en diagonal todo el ancho corral empedrado
Resbalándose torpemente en el aquaplaning provocado por una repentina llovizna.
Goterones gordos caen como ácido vaporoso sobre los calientes y alineados cantos
rodados. Anochece con granizos.
El marrano se precipita sobre el zaguán del cortijo de la Marquesa María Cristal.
Ecos de Eisenstein en las escaleras al caer los tiestos de geranios, hierbabuenas y
petunias.
La Marquesa salió a cenar fuera y dejó abierto el joyero sobre la cama de raso rosa
en la que está retozando el animal de bellotas.
Ultrasonidos de campanas lejanas. Lunas menguantes con autillos y elanios azules.
Madrugada matancera. Ya huele a coles. Chillidos. Sangres y chamusquinas. Tripas.
El sol del amanecer se cierne sobre el cortijo. Avanza la imagen hasta concentrarse en
el pan con cachuela recién untada. Lorenzo calienta con efecto microondas.
De la manteca naranja emergen los brillantes.
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